miércoles, 30 de septiembre de 2015

VIAJAR Y APRENDER, UN VIAJE INTERIOR


Las vacaciones son ese momento que nos sirve para desconectar de nuestras rutinas, para descansar, viajar, conocer nuevos lugares, y disfrutar de nuestro tiempo libre en solitario, en pareja, en familia o en buena compañía.

Y en contra de lo que quieren vendernos, las mejores vacaciones no están en los viajes largos, los grandes parques temáticos o en los destinos más caros. Las mejores vacaciones son aquellas en las que disfrutamos de cada momento y en la que somos conscientes de lo que hay a nuestro alrededor.

Para esto, el destino ideal de nuestras vacaciones lo elige cada persona, en función sus preferencias y posibilidades como su disponibilidad económica, temporal, etc.

Este destino puede estar cerca de casa, en los pueblos o ciudades cercanas, visitando museos, rutas o rincones que no conocemos… Pueden ser varios días con sus noches incluidas o bien desplazamientos en el mismo día, puede ser con alojamiento en hoteles muy equipados o en un camping, en pleno contacto con la naturaleza…

Lo importante es que sea un lugar al que queramos ir para conocerlo y disfrutar.


¿Viajar para qué?

Sea como sea, lo importante es que nuestras vacaciones cumplan el objetivo de desconectar, disfrutar, descansar y aprender de cada experiencia, lugar y persona que encontremos.

Es preferible viajar a un solo lugar, disfrutarlo al máximo, conocerlo en todos sus rincones, en todos sus momentos y en sus gentes, más que viajar a muchos lugares con poco tiempo en cada uno de ellos.

Viajar es un momento perfecto para poner distancia con nuestra rutina, con nuestro ritmo y forma de vida, por ello, es importante ser consciente y aprovechar ese viaje geográfico como un viaje interior, un viaje de encuentro con uno mismo.

Con frecuencia, observar y ser consciente de todo lo que se cruza en nuestras vacaciones, es la mejor forma de aprender que en nuestra vida, hay cosas que pueden cambiar o mejorar.

Salir de nuestros límites interiores supone darnos cuenta de que existen otras formas de vivir, tomar buena nota, y a la vuelta de nuestras vacaciones, volver con nuevas ideas y propósitos para mejorar nuestra vida diaria.


Consejos vacacionales:

–Viaja con calma, despacio, cambia tu ritmo de moverte en relación al que habitualmente estás acostumbrado.

-Dedica tiempo a sentir, oler, escuchar, tocar el lugar donde te encuentras, sentirás que el lugar y su gente te transmiten muchas cosas. Explora.

-Haz una fotografía mental, graba ése momento en tu memoria con todos sus componentes sensoriales.

–Siéntate y respira, observa cómo viven o vivieron las personas de ese lugar.

–Imagina el ritmo de vida allí, cómo será en ese lugar la vida. Experimenta la sensación agradable o desagradable que te transmite tu imaginación.


–Dedica tiempo a conversar con las personas que te encuentres, sé curioso y pregúntales cómo resuelven, cómo hacen… Seguro que descubrirás otros puntos de vista y alternativas.

–Piérdete por rincones de ese lugar, donde no lleguen las rutas turísticas, donde observes en solitario sus detalles.

–Muéstrate curioso por la historia, la fauna, la flora del lugar, sumérgete en el ambiente de ése lugar.

–Escribe, graba, fotografía sensaciones, momentos, detalles del lugar. Plasmar tus sensaciones, te permite conocerlas aun más y en consecuencia, a ti mismo.


–No tengas prisa, disfruta de cada paseo, de cada momento, de cada parada, de todo lo que te ofrece ese lugar elegido para tus vacaciones.

–Y a la vuelta de tus vacaciones, reflexiona de lo que has aprendido, y procura llevarlo contigo cada día de vuelta a tu rutina.


Quizás te sorprendas porque algo dentro de ti habrá cambiado, has aprendido o has mejorado algún aspecto de tu vida. Es seguro, que la actitud con la que enfocarás tu vida será diferente a la que tenías antes de marchar de vacaciones

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