Véase por nuestra inexperiencia viajera, por un destino diferente o ciertos sucesos que suceden in situ al llegar al país, muchos de nosotros caemos siempre en ciertos errores de los que acabamos aprendiendo o que, por cierta razón, siempre terminamos repitiendo, aunque el primer caso suela ser el más común.
Es por ello que antes de elegir destino o despegar, será bueno ser previsor y evitar estas 7 peores decisiones que puedes tomar en un viaje
#7 Llegar de noche a un destino desconocido
Cuando nos disponemos a viajar a un destino desconocido hasta entonces y, especialmente, bastante más diferente al nuestro, llegar de noche es lo peor que podemos hacer.
Jet lag, cansancio, tiendas y negocios cerrados, autobuses que no regresan hasta el amanecer y ciertos habitantes locales que parecen haber perfeccionado un sexto sentido para detectar turistas perdidos e indefensos, ¡el peor panorama!
#6 Alojarse siempre en un resort todo-incluido
- "Estamos pasando por una crisis y hemos decidido hacer una escapada. - ¿Adonde? - A un resort todo-incluido en Yucatán. GRAVE ERROR.
Alojándote en un resort no sólo limitas tus posibilidades de conocer más a fondo un determinado destino, sino que para cuando quieras darte cuenta de ello deberás permanecer en el mismo complejo si no quieres desaprovechar el dinero invertido. Si a ello añadimos trasladar la rutina en pareja a un gran bloque de hormigón con piscina y palmeras la cosa no ayuda.
#5 Pedir indicaciones en un barrio peligroso
Todas las ciudades tienen un barrio peligroso en el que, algunas veces, también existe algún atractivo turístico. En otras ocasiones, la búsqueda de un determinado circuito nos puede conducir a esas calles viejas en el que cada uno de los hombres apoyados en las esquinas nos observan fijamente; sí, somos un caramelo demasiado apetitoso.
Preguntar algo conllevará un SÍ rotundo para, después, comprobar que nos encontramos en una agencia clandestina donde nos piden 500 dólares o que un artesano huraño intenta vendernos sí o sí una de sus piezas de arcilla rodeado de cinco "socios" que no nos inspiran confianza.
#4 Cargar demasiado equipaje
En los viajes existe el síndrome del "por si... ", una manía que nos permitimos acuñar y que hace alusión a todos esos viajeros que meten ropa de cada temporada en la maleta por si llueve, hace sol o cae granizo al mismo tiempo, que transportan un equipo de buceo para sólo utilizarlo una vez, o cargan con numerosos botes de cosmética que les serán arrebatados en cuanto atraviesen el control del aeropuerto.
Llevar poco equipaje siempre es bueno para sentirte menos pesado, especialmente si se trata de un viaje largo.
#3 Beber agua del grifo
Aun cuando viajamos a una ciudad situada a tres horas en coche de la nuestra, la ingesta de agua nos produce una ligera molestia debido a una composición que varía de un lugar a otro y que nuestro inteligente organismo detecta al instante.
Si en un país aún más lejano consumimos agua del grifo, nuestro estómago puede experimentar serios problemas, especialmente si llevamos a cabo "la cata" durante el primer día. Si hubieran 10 mandamientos de viaje, beber agua embotellada estaría entre los primeros.
#2 Llevar una mochila de tela
Saber cómo y qué llevar sobre nosotros cuando hacemos turismo es uno de los aspectos más importantes de cualquier viaje: pocas joyas, dinero en el bolsillo más cercano y mochilas que no sean de tela.
Los ladrones o carteristas conocen muchas técnicas, y rajar con una navaja tu frágil mochila mientras esperas al tren o te pierdes entre el tumulto de gente de un autobús es pan comido para ellos.
#1 No usar la conexión wifi
Muchos han sido los turistas que al regresar a sus hogares ha comprobado una factura de teléfono que supera su imaginación. ¿El motivo? El uso de datos del teléfono móvil en un país extranjero en el que los cargos siempre son (mucho) más altos que en tu país y donde la conexión wifi del hotel podría haber sido tu gran aliada a la hora de evitar pagar casi 600 euros de factura cuando podrías haber gastado... ¿25?
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