La fotografía es un arte que siempre irá ligado al mundo de los viajes. Una instantánea de nuestro periplo se convierte en la prueba física del más perdurable recuerdo, si bien es bueno tener en cuenta algunos de los mejores destinos para tomar fotografías, aquellos en los que una serie de factores beneficiarán la perfecta ejecución de este arte: lugares pintorescos, locales amables, una atmósfera tranquila y, especialmente, el ojo más hábil tras el objetivo.
Agra (India)
Si bien es ideal asistir a primera hora de la mañana, el Taj Mahal es uno de los reclamos asiduos para todo fotógrafo. Un lugar que brinda numerosas perspectivas, desde su alberca hasta los jardines, mientras la ciudad de Agra es también un carnaval viviente donde fotografiar escenas costumbristas o el Fuerte de Agra, siempre conservando un cierto respeto (e incluso pidiendo permiso) si se trata de fotos a lugareños. Como colofón a un día en Agra, el área del río Yamuna que fluye tras el Taj Mahal es un perfecto enclave para captar un atardecer entre las cúpulas o la travesía de un camello con el mausoleo como telón de fondo. Simplemente obligado.
Cuba
Muchos han descrito su viaje a la isla caribeña como "un particular viaje en el tiempo". Una experiencia así no puede ser rechazada por ningún fotógrafo que viaje a una Cubaque ofrece múltiples combinaciones: típicos coches de los años 50 bajo banderines brillantes, calles de colores erosionados copadas de monumentos coloniales, un niño que juega frente a un mural del Che o un grupo de locales que mira la vida pasar mientras se dejan fotografiar de forma amable. Respecto a sus maravillas naturales, Cuba posee interesantes perspectivas en playas como Varadero o Cayo Jutías. Lugar auténtico y sosegado donde los haya.
Islas Hébridas (Escocia)
Siguiendo la tónica de Cuba, nos trasladamos hasta otro relajado enclave, una cualidad en ocasiones necesaria para tomar buenas fotografías. Las escocesas Islas Hébridas se abrazan al Atlántico desde una posición perdida donde brotan todo tipo de formas y lugares asombrosos: desde el megalítico de las Piedras de Callanish hasta un atardecer tras el faro y pueblos pesqueros de Skye, o playas cristalinas que, en ocasiones, revelan el avistamiento de ballenas o delfínes. Las altas y escarpadas montañas que surcan este archipiélago también en una buena base para imperdibles panorámicas.
Barrio de Montmartre (París)
Uno de los barrios más famosos de París (por no decir el que más) se extiende alrededor de una colina que domina la ciudad, albergando entre sus calles verdaderas joyas a fotografiar y que encontraremos tras una relajante contemplación del medio. Fotografías costumbristas de las floristerias y cafés parisinos mientras ascendemos hacia un Moulin de la Galette perdido en el tiempo, célebres cabarets como La Maison Rose, aún anclada frente a un viñedo urbano, los artistas de la Place du Tertre y el highlight de nuestra excursión: la mejor panorámica de París desde la entrada del Sacre Coeur. Incroyable
Gran Barrera de Coral (Australia)
En este artículo no nos olvidamos de la fotografía acuática, la cual comenzó su particular auge tras la aparición de las primeras cámaras hace más de diez años. Si bien se presentan algunos obstáculos diferentes a la fotografía en tierra, los trucos consisten en acercarse lo máximo posible, encender el flash y que las aguas sean lo suficiente cristalinas. Tres requisitos que podemos cumplir bajo las aguas de la Gran Barrera de Coral que recorre la costa este de Australia. Arrecifes coloridos, aguas turquesas y un sinfín de peces tropicales conforman la meca de todo amante de la fotografía acuática.
Tramo Simatai (Gran Muralla China)
Esta serpiente de más de 6 mil kilómetros se posa sobre las colinas de China invitando al fotógrafo a captar sus mejores tramos. Y es que, cuando penetramos en la Gran Muralla China, las opciones son varias: desde lugares más aglomerados como las entradas desde la misma Beijing hasta otros más solitarios, y por ende recomendables para fotografiar. Uno de estos tramos es Simatai, a 120 kilómetros de Beijing y punto ideal para tomar instantáneas a nuestro antojo, otorgando mayor protagonismo al medio, otras veces a las torres de vigilancia, pero siempre aguardando al atardecer, momento en que las cimas se vuelven doradas y las colinas sombrías.
Las cualidades que definen estos mejores destinos para tomar fotografías se deben a sus variados escenarios, un ambiente relajado, la posibilidad de perfectas panorámicas o lugares que, de un modo u otro, son dignos de ser fotografiados una vez en la vida. Sin embargo, cada viajero puede encontrar su propio destino, técnica o momento para captar la esencia de nuestra experiencia para toda la eternidad.
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