Cuando uno sale de viaje, suele incluir en su itinerario todos aquellos típicos "lugares imperdibles" que figuran en las guías de turismo. Y si bien es cierto que vale la pena visitarlos, también hay otros más escondidos que no están explotados turísticamente.
Estoy viajando por Chile, y hasta ahora me he encontrado con 3 de estos lugares. Quedé fascinada y llegué a ellos por la recomendación de algún lugareño o por alguien que me ofreció llevarme hasta ahí. Acá te cuento un poco de cada uno para que los incluyas en tu próxima visita a Chile. ¡Imperdibles!
1. El Morado
Es una reserva natural de montaña habilitada para hacer trekking que se encuentra en la zona del Cajón del Maipo, y se puede llegar en bus o en auto. Tiene dos puntos definidos como objetivos a los que llegar: el primero (a unos 6 km. de la base) es laLaguna Morales, en la que nadan tranquilamente algunas aves.
El segundo punto, 2 km. después, es el Glaciar San Francisco. Pero a no ilusionarse, de él solo quedan los vestigios. De cualquier manera vale la pena llegar allí y ver las marcas que indican que en algún momento no muy lejano hubo un glaciar. Nada mejor que sentarse a orillas del pequeño río que baja por la montaña a tomar unos mates y admirar los increíbles colores que nos regala el lugar.
2. La laguna encantada
Es una pequeñísima laguna formada bajo la caída de una cascada que se encuentra delimitada por riscos y piedras de diversos tamaños. Solo se llega a pie, y haciendo equilibrio entre algunas piedras, ya que a medida que uno se va acercando, el sendero se va perdiendo hasta que desaparece, inundado de grandes piedras. Hay que pasar entre ellas o sobre ellas, hasta llegar al claro que esconde la laguna.
Este lugar pequeño -pero maravilloso- se encuentra en un campo privado en Las Peñas. Su dueño, Manuel, cobra 3000 pesos chilenos para entrar a su predio, que es extremadamente grande, y en el que se puede acampar o simplemente pasar el día.
3. Laguna y salinas de Cahuil
Cerca de Punta Lobos se encuentra el pueblo de Cahuil, zona recolectora y productora de sal marina. Esta actividad se realiza en la Laguna de Cahuil, conformada en la unión del mar y el río, y hábitat natural de más de 40 especies de aves, entre ellas la Gaviota de Cahuil, que le otorga el nombre al lugar.
Se trata de una zona agreste, y no explotada turísticamente. La laguna se puede bordear en auto hasta llegar a un mirador desde el que se puede observar toda su belleza, aunque mi recomendación es hacerlo caminando. Es un circuito de trekking de aproximadamente una hora.
Estos son algunos de los lugares escondidos para el turismo clásico, que tuve la suerte de encontrar en mi viaje por Chile.
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