TIPS PARA CONCILIAR EL SUEÑO EN UN VIAJE LARGO

Cuando realizamos un viaje largo, los vuelos eternos o las extensas rutas en tren y autobús pueden dificultar el sueño durante la travesía debido a ciertos factores que llegan a resultar algo molestos: la incertidumbre de un entorno desconocido, la ausencia de nuestra cama (y, por consecuencia, el desequilibrio de esos hábitos nocturnos), o la simple incapacidad para relajarnos en espacios que se mueven constantemente.

Con estos tips para conciliar el sueño en un viaje largo podrás seguir disfrutando del viaje sin renunciar al necesario descanso. 

El poder de la melatonina

Antes de pasar a recomendar los típicos fármacos que nunca benefician nuestro organismo a largo plazo, proponemos consumir la melatonina, un remedio natural cuya función es regular el ciclo conocido como vigilia-sueño, el cual se compone de esta glándula cuya segregación puede ser escasa en según qué personas.

Tomar tisanas o pasiflora son otros remedios naturales efectivos, si bien medicamentos menos recomendables a consumir a largo plazo como el valium pueden ayudarnos aconciliar el sueño de un modo más instantáneo sin necesidad de tomarlo como una costumbre. 

Entorno controlado

Muchas veces, la inseguridad que provoca un nuevo entorno se convierte en uno de los principales impedimentos para relajarnos y dormir. Si estás viajando a bordo de un tren, asegura tu equipaje con candados y guarda tus pertenencias personales en una bolsita que puedas esconder bajo el cojín con tal de despreocuparte por completo. Si, además, tienes posibilidad de dormir en literas, hazte con aquella que esté más elevada para experimentar una posición más inaccesible para los pasajeros.

Si, en tu caso, se trata de una travesía en avión, siempre será mejor dormir junto a una ventanilla que nos aisla algo más del bullicio del pasillo de la cabina y en cualquier sección alejada de la cola que nos libre del constante rugido de los motores.

El poder de la relajación

Aunque muchos sean algo reticentes a las disciplinas orientales, la meditación puede llevarse a cabo sin ser un experto. Sólo necesitarás una pista de música relajante y la necesaria concentración para dejarte llevar desde tu misma posición, sea sentada o tumbada. Seguir una meditación guiada también es una buena alternativa para introducirte más fácilmente en el "trance", mientras que ciertas técnicas como el yoga facial te ayudarán a relajar los músculos y conducirte a ese ansiado sueño que llegará sin apenas inmutarte. 

¿Habías pensado en buscar el relax viajando a alguno de estos mejores lugares dónde practicar un retiro de yoga?

Móvil desconectado

Según investigaciones recientes, pasar tiempo en el ordenador o consultando nuestro teléfono móvil poco antes de dormir provoca fatiga ocular y estimula la actividad cerebral antes de irse a la cama, lo cual trastorna por completo los ciclos de sueño y nuestra facilidad para conciliar el mismo. Si a ello sumamos el estado de excitación y constante alerta de ciertos viajes, nuestra capacidad para relajarnos puede verse truncada si consumimos vídeos en nuestro iPad, escribimos en el ordenador o consultamos los mensajes de nuestro smartphone pocos minutos antes de disponernos a dormir.

Cierra los ojos

Si el sueño no llega a nosotros, intentemos al menos propiciarlo desde nuestras posibilidades. Relajarse no implica simplemente el hecho de dormir, sino el reducir el estado de alerta e intentar concentrarnos en descansar de un modo u otro. Cierra los ojos y procura centrar tu atención en el punto que existe entre los dos ojos, algo que consigue relajar el cuerpo de un modo más instantáneo (técnicas de yoga), y procura no pensar en nada que interfiera entre ti y tu relajación. Añade música y pensamientos agradables a la relajación voluntaria.

Estos tips para conciliar el sueño en un viaje largo te ayudarán a relajarte durante una de esas travesías en las que nuestros hábitos se ven modificados y el entorno se convierte en el peor enemigo para relajarnos por completo. Sé algo creativa, abandona las tecnologías, cierra los ojos y, especialmente, abandona el estado de alerta que suele acompañar esos momentos de ansiada tranquilidad durante un viaje que, ante todo, merece ser disfrutado desde la vitalidad y el total descanso.